J. J. Benítez.
El Diario de Eliseo: J.J. Benítez, apuntador de lo divino y extraterrestre

En la imagen destacada: J.J. Benitez, en entrevista exclusiva con Oscar Sieber.

Fuente: Oscar Sieber/Corresponsal. Guadalajara, Jalisco 9/DIC/2019.

JJB: El libro es el final de la vida pública de Jesús. Prácticamente, con este libro se cierra su tiempo de predicación y ahí se cuenta todos los incidentes que vivió, los prodigios que llevó a cabo, un enfrentamiento muy grande que tuvo con su familia por el hecho de que lo consideraban mesías, militar, político, y él no lo estimaba así; eso le llevo a un enfrentamiento muy grande con sus hermanos y su madre.

OS: ¿Con esto cierra la saga “Caballo de Troya”?

JJB: Sobre la vida pública sí. Pero quedan dos libros por salir relacionados con Jesús de Nazaret; uno se llama “Belén” que son unas páginas que hubo que sacar del “Caballo de Troya: 9” porque era un libro muy grande, casi inmanejable y el otro es “Rayo Negro”, que son unas vivencias que tiene Jesús antes de su vida pública cuando él viaja por el mediterráneo y eso nunca se contó. Una saga que comprende 13 libros.

OS: ¿Alguna inspiración o fuente para escribir estas historias?

JJB: Para “El Diario de Eliseo” yo recibí una segunda información. Yo no ajusté nada. Y como tú debes de saber, los periodistas no revelamos el nombre de nuestras fuentes.

OS: ¿Has recibido críticas por tu saga?

JJB: Sí, sobretodo en “Caballo de Troya: 1” recibí muchas críticas de la Iglesia Católica, el Opus Dei y aún las sigo recibiendo. De hecho, en Guadalajara hay un cardenal creo de apellido Sandoval, que prohibió mis libros de “Caballo de Troya”. Inclusive he tenido oportunidad de hablar con sacerdotes y les he dicho que yo no puedo ser Satanás como ellos dicen, porque entonces no defendería la divinidad de Jesús de Nazaret. Lo que pasa es que yo entiendo que va más en contra de su negocio y todas las religiones son negocios multinacionales. Están interesadas en el poder y el dinero, en la conciencia y esclavitud moral de la gente.

OS: En algunos medios digitales te has referido a Jesús de Nazaret como “El Gran Extraterrestre”…

JJB: Quizás no me expliqué bien, pero lo considero un ser humano: nació en Belén, y cuando iba a cumplir 35 años él recupera la divinidad. No lo entiendo muy bien, pero tiene dos naturalezas, la humana y la divina, conviviendo juntas. Desde ese punto de vista me refiero.

OS: ¿Te consideras católico?

JJB: No, yo me hice apóstata por una razón muy simple: por no estar de acuerdo con las ideas de la religión católica; por coherencia era lo menos que podía hacer y no me arrepiento.

OS: ¿Qué opinarías sobre los mayas como una civilización desarrollada?

JJB: A mí siempre me han fascinado; he leído todo lo que he podido sobre ellos, creo que era una etnia con una sabiduría impresionante desde el punto de vista de la astronomía, del riego, de las medidas, de la arquitectura, del lenguaje, en fin: nos llevaba cientos de años avanzados a los europeos, incluso se presume que antes de que los europeos hayan descubierto América a través de Colón, ellos ya lo habían logrado descubriendo Europa.

OS: Hay una imagen sobre el rey Pakal en la que se dice que maneja una nave espacial…

JJB: Sí, la he visto en el Museo de Antropología de la CDMX, también estuve en Palenque, y bueno, yo personalmente creo que esa es una interpretación exagerada. A mí lo que más me llama la atención es la deformación de los cráneos, y la deformación del cráneo del dios Pakal. Eso sí fue aprendido de alguien de fuera de la tierra. Hay muchos casos de investigación ovni donde se ve a tripulantes que tienen cráneos apepinados. Yo estoy convencido de que esos encuentros con tripulantes en la época antigua fueron vistos por gentes como los mayas y por otras civilizaciones, donde desde niños les deformaban los cráneos para parecerse a los dioses.

OS: ¿Podemos decir que los ovnis han estado relacionados con los mayas?

JJB: Por supuesto que sí, de la misma manera como lo han estado con los judíos; los tuvieron con los mesopotámicos, los tuvieron con África, con China, con Japón, los pieles rojas de Norteamérica. Y te aseguro que con 47 años que llevo en la investigación sobre este tema, te puedo asegurar que no hay miles, sino cientos de miles de testimonios tanto de ahora como de la antigüedad, en la que se prueba hubo contacto.

J.J. Benítez

J.J. Benítez

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