En la imagen destacada: Casa de Manolita Bernal, la contrabandista, en Barbate (Cádiz) (España). (Foto: Blanca).
La última vez que pasé frente a la casa, en la calle General Mola, en Barbate (España), sufrí una decepción. Alguien había retirado el “21”, el número que lucía la casa de mi abuela, la contrabandista, cuando yo era un niño. Ahora es el número 15. Y durante un buen rato, ante la mirada atónita de Blanca, me dediqué a pasear la calle, arriba y abajo, por si lo encontraba. No lo logré. El “21”, que fue otro de mis confidentes cuando yo me dedicaba a soñar, había desaparecido. ¿Qué habrá sido de él? Yo lo sacaba a volar casi todas las tardes y siempre regresaba. Era un número muy dócil.
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