J. J. Benítez.
«El 101 es una de las consecuencias directas de jugar con la divinidad»

Fuente: ENIGMAS Núm. 157 / David E. Sentinella.

Con cincuenta libros publicados y más de 5 millones de ejemplares vendidos, presentar a J.J. Benítez a estas alturas no tiene ningún sentido. Si bien, en su sorprendente y último trabajo, De la mano con Frasquito, algunos podrán conocer su lado más íntimo, más humano y más cercano. Y no por ello, menos polémico…

J. J. Benítez.

¿Cómo surge este libro?

En realidad este no está escrito para Frasquito; en el fondo es para todo el mundo. Mi nieto fue la excusa, la maravillosa «percha» de un niño especial, como casi todos.

A mí me hubiera gustado de joven haber tenido la oportunidad de que alguien me explicara que lo sagrado no es lo que nos cuentan, y que la vida es un lugar donde uno se asoma al tiempo y viene simplemente para experimentar, no para ser bueno o ser malo. Me hubiera gustado que me contaran que la verdad no la tiene absolutamente nadie, y pobre de aquel que la tenga. Me hubiera gustado que me hubieran dicho que no suponía ningún problema equivocarme, que ser humano lleva en sí esas características de la equivocación y de la contradicción, y que no debería de arrepentirme nunca de ser humano. En fin, todas esas cosas son las que a mí me hubiera gustado oír, pero nadie me las enseñó. Yo las he ido reuniendo poco a poco por el camino y creo que pueden ser útiles para aquellos momentos especialmente malos.

Espero que este libro pueda ser de gran utilidad para que la gente reflexione. Es un libro absolutamente heterodoxo, como debe ser.

Entonces, ¿hacia quién va destinado?

No es un libro para la gente feliz. Es un libro especialmente interesante para quienes no practican ninguna religión, o para los que quieren marcharse de las religiones y no saben qué hacer. Si es cierto lo que aquí se cuenta, los ateos se van a sentir desnudos.

Una de las primeras cosas que yo intento transmitir en este libro es que hay que se respetuoso con todas las opiniones o creencias, porque con ese punto de vista , cada uno está aquí con ese «trabajo» -aunque yo lo diga de otra manera-, y eso, para mí, explica muchos comportamientos.

¿Y por qué 101 reflexiones o pensamientos?

Porque para mí, el palo-cero-palo o «101» es una de las consecuencias de jugar con Dios. A mí me gusta desde hace bastantes años establecer unos juegos con él; yo le pido señales cuando hay algún problema, cuando debo tomar una determinación y no sé cuál, y una de mis señales favoritas es que él me responda con un «101» dentro de los márgenes de tiempo y de la vía -por escrito, por correo, etc- que yo le determino. Por eso el «101» es una de las cosas más divertidas, increíbles y apasionantes que a mí me han pasado en la vida.

Dices que elegimos antes de nacer…

Bueno, es una teoría, y jamás me cansaré de repetirlo. Yo lo creo, y lo hago por intuición, y porque he solicitado muchas señales y todas las respuestas han sido afirmativas.

Pero aún así, es un tema tan inteligentemente organizado que cuando alguien tiene un mínimo de seguridad, todo el proceso se cae, se autocorrige. Con lo cual siempre te queda la enorme duda. Pero no puede ser de otra forma.

¿Crees en la reencarnación?

No, al menos en el sentido tradicional.

Entonces, ¿esta vida qué es, el máster de un año?

Sí, es una buena definición. Creo que es así, entre otras razones porque si nos reencarnáramos mil millones de veces, no aprenderíamos lo que necesitamos aprender. Y yo no creo que vengamos al mundo a aprender. Aquí se viene a otra cosa; que además se aprende, pues sí claro, pero no es la razón clave. Aquí experimentamos el tiempo. Y quizá sea eso lo realmente interesante, que nosotros, que no vivimos en el tiempo cuando seamos lo que seamos en el estadio en el que estemos, nacemos al tiempo y vivimos una experiencia increíble, porque nunca más volveremos a vivir en el tiempo.

Te has pasado media vida tratando de convencer a la gente con tus libros de la realidad de los OVNIs, has buscado pruebas, esgrimido argumentos, incluso «vencer» a alguno…

Era más joven…

¿Y ahora?

No, ahora ya no. Eso es propio de la juventud: convencer, vencer… Ahora lo que sí debo hacer es transmitir lo que pueda encontrar, sea mucho, poco, malo, bueno o regular, en todos los terrenos en los que me he estado moviendo: investigación, ensayo, etc. Pero vencer, no tiene sentido. He tardado cincuenta y muchos años en darme cuenta. Aunque me imagino que ése era mi contrato.

¿Te consideras un buscador?

Sí, pero ya no necesito tanto buscar. Creo que ya he asomado un poco la nariz. Por eso me estoy retirando. Ahora me preocupa más descubrirme. He perdido mucho tiempo y ahora lo estoy aprovechando; a veces me sorprendo conmigo mismo, y es algo nuevo, divertido. Pero buscar esas otras cosas a las que haces referencia, no tanto. ¿Por qué? Pues porque algo ya me han dado, y me contento.

¿Has cambiado la búsqueda exterior por el camino interior?

El camino exterior todavía me fascina, y me quedo asombrado como un niño, como Frasquito, pero a pesar de que había oído y había leído muchísimo sobre el camino interior, nunca me había puesto a ello. Siempre había sido desde fuera y siempre corriendo. Pero un día puse el pie dentro… y me di cuenta que tampoco era lo que me había contado, sino que es más.

Ahora estoy mucho más dedicado a la reflexión, al estudio, a la investigación interior, al juego de las señales con Dios, que me fascina y me divierte mucho.

¿Y cómo va tu relación con Dios?

De momento no se ha aburrido conmigo. Va bien, tiene una enorme paciencia conmigo. En un momento determinado yo me consagré a él a nivel interior, y ahora tengo una gran seguridad, confianza y tranquilidad.

¿Ha cambiado tu concepción del mundo?

Sí, por supuesto, mucho. Ahora entiendo que cada uno tiene su trabajo y su papel, y así debe ser. Antes se me partía el corazón al ver a un mendigo por la calle; ahora ya no. Si puedo ayudarles les ayudo, pero entiendo que ellos han podido elegir, que es una experiencia suya personal.

¿Te consideras determinista?

Sí claro, totalmente. En este mundo, en otros sitios no sé.

Y entonces, ¿para qué venimos a este mundo, sólo para hacer ese «máster»?

Pues supongo que cada uno tiene y elige sus razones, que puede ser muchísimas; la más importante experimentar.

¿Y que razón tiene experimentar morirse de hambre? ¿Qué sentido tiene la vida para esos 27.000 niños que mueren de hambre cada día en el mundo?

No lo sé, es experimentación. No tengo todas las respuestas. Yo entiendo ahora que todas las cosas están ordenadas para el bien y por un bien. Creo que eso debe tener una razón. Tal vez nos falte perspectiva.

J. J. Benítez.

¿En qué nos diferenciamos de los animales? ¿Ellos no han firmado ningún «contrato»?

No creo. Los animales están aquí para cumplir objetivos, los que sean, pero creo que son muy distintos a los nuestros. Creo que ellos no tienen inmortalidad, salvo en nuestra memoria, y que yo sepa, no tienen imaginación ni la preocupación de la búsqueda de Dios.

¿Qué es para ti la muerte?

La muerte es una genialidad del buen Dios; es un pasar del tiempo al no tiempo. Y cómo hay que hacerlo, lo inventó muy bien. Se muere uno, siempre, como en un sueño, dulcemente, aunque antes hayas podido sufrir.

¿Estás seguro que, tras ese sueño, hay un nuevo despertar?

Sí, absolutamente seguro, al cien por cien.

¿Lo dices por la experiencia personal, por los datos recopilados con personas que han vivido experiencias cercanas a la muerte…?

Lo digo por información externa que he reunido, por intuición y por pruebas.

¿Por qué crees que la razón no dice nunca la verdad?

Yo creo que la razón es una criatura que analiza mucho, y eso al ser humano le pierde. La intuición no se equivoca jamás. Llega, nos susurra algo y se va. Es muy rápida. Pero a continuación llega la razón y empieza a sembrarnos de dudas e inseguridades. A la razón hay que mantenerla a cierta distancia.

¿Eres partidario de carpe diem?

Sí, con esta filosofía sí. Es decir: vive el ahora, porque el ahora desaparecerá ahora. Fíjate qué importante es. Las consecuencias están escritas ya, eso no me preocupa. Desde mi punto de vista está todo escrito.

En el libro juegas a menudo con los números, con los símbolos, haces cábalas… ¿Por qué eso es importante para ti?

Porque hasta hace unos años tenía la idea de que los símbolos eran algo indescifrable, que no iban conmigo. Y me di cuenta de que realmente van con todo el mundo. Los símbolos son mensajes subliminales de Dios que aparecen por aquí y por allá, pero vamos tan rápido y vivimos tan obsesionados con otras cosas, que no nos damos cuenta. Hay que prestar más atención a los símbolos. Entonces, cada vez que puedo, juego con ellos, trabajo con ellos, y los dejo ahí disfrazados, como he hecho en el libro.

J. J. Benítez.

REFLEXIONES… SOBRE LA MUERTE

– Morir es sólo un juego. Tras el simulacro de la muerte nos partiremos de la risa. No lo olvides.

– Vivir requiere voluntad, saber morir, sabiduría.

– Después de la muerte no tiene sentido sumar.

REFLEXIONES… SOBRE DIOS

– Dios es el rey de las abreviaturas.

– La duda también conduce a Dios.

– Nada es recto en la creación, y Dios muchos menos.

REFLEXIONES… SOBRE LA VIDA

– Las miradas también pesan. Y puedes tocar con ellas.

– Actúa siempre después de intuir.

– No pretendas cambiar el mundo, basta con que seas respetuoso con él.

– La casualidad existe para los que tienen miedo.

– La inocencia se equivoca, pero no traiciona.

De la mano con Frasquito

J.J. Benítez comparte sus consejos para la vida dedicados a su nieto «Frasquito». Algunos aseguran que tiene hilo directo con Dios. Él afirma que se trata de un modesto fax. De la mano con Frasquito nació gracias a ese «fax». Lo que J.J. Benítez le cuenta a su nieto en este nuevo libro podría considerarse la Biblia de J.J. Benítez, de no ser por un pequeño detalle: Benítez no cree en ninguna religión.

Benítez ha escrito más de cincuenta libros de gran éxito, entre los que se encuentran sus famosas sagas Caballo de Troya y El planeta encantado.

Y no olvides…

– Las miradas también pesan.

– Los buenos sentimientos amortiguan la vida.

– Sólo el pensamiento roza la verdad, de lejos.

– Dios es el rey de las abreviaturas.

– También puedes tocar con la mirada.

– Actúa siempre después de intuir.

– Sólo la imperfección puede ser medida.

101…

«Tomo a Frasquito de la mano y me lo llevo a la playa. No dice nada, pero sonríe, pícaro. Me siento en la arena y le hablo. ¿Cómo le resumo sesenta y un años de vida? Confío en él. Cuando nació en la cama de enfrente apareció pintado un IOI. Lo interpretamos como una señal de los cielos. Frasquito es un niño IOI, que no sé qué es, pero que debe ser muy importante». Así comienza De la mano con Frasquito. Y es que el IOI, o el 101, como quiera interpretarse, recorre las páginas de este libro, y es posible de la vida de su autor. Qué es o que significa es tan profundo, que únicamente el propio Juanjo Benítez puede dar respuesta. Nosotros, de momento, destacamos una vez más el enigma, que en este caso aparece ligado a un niño rubio de ojos azules…

J.J. Benítez

J.J. Benítez

Cuestione con J.J. Benítez los grandes misterios y los temas insólitos que el hombre se planteó en el pasado y de los que aún hoy busca una respuesta. Rompa las barreras de lo desconocido y disfrute de la mano de J.J. Benítez y sus sorprendentes descubrimientos. Venga con nosotros y viva a través de sus obras y documentales de TV, la hechizante aventura del saber.

Síguenos

Publicaciones similares