En la imagen destacada: El autor de «Caballo de Troya» acaba de presentar su último libro, el número 62, «Pactos y señales». (Foto: González Pérez.)
Fuente: El día de Segovia. 16 de marzo de 2015.
Con 68 años a sus espaldas, 45 de los cuales dedicados en cuerpo y alma a investigar fenómenos extraños, y más de 60 libros escritos, J. J. Benítez (Pamplona, 1946) no solo es un apasionado de los ovnis, el más allá y la divinidad -o el Padre azul, como él lo llama-, sino que el autor de Caballo de Troya es una autoridad en Pactos y señales, como se titula su último libro (Planeta), en donde relata sus propias experiencias con personas que se han comunicado desde la muerte.
¿Cómo surge este proyecto autobiográfico sobre el más allá?
Empiezo a estudiar este tema hace muchos años y me doy cuenta de que es cierto, de que hay vida después de la muerte, así que intento conectar con ese mundo invisible. Y así empiezan los pactos con los amigos y las señales.
¿Por qué está tan seguro de que hay vida después de la vida?
Muy sencillo. Llevo más de 40 años de investigación y en todo este tiempo me he encontrado con numerosos testimonios.
¿Qué son los pactos?
Los pactos se realizan con amigos o familiares y en él se dice que el primero de los dos que muera que envíe una señal o aviso al otro, al que sobreviva.
¿Cuántos ha realizado?
Tengo contabilizados los pactos porque los escribo y también detallo la señal enviada. Creo que son más de 300, entre la gente que esta viva y los fallecidos.
¿Qué son las señales?
Es dirigir la mirada a los cielos cuando uno tiene un problema y establecer una señal. Y esperar que se cumpla.
Por ejemplo
Por ejemplo, pasó con un tío mío al que quería mucho y que había fallecido. Le pedí que me mandará una señal en forma de vela y justo a los 10 minutos apareció en el horizonte un velero en el mar y eso a pesar de que había un fuerte viento de Levante que impedía la navegación marítima.
¿Cree que tiene una misión?
Todo el mundo tiene una misión. Hemos venido al planeta para desarrollar o experimentar algo y llevar a cabo un trabajo. Lo que pasa es que la gente no lo sabe.
¿Qué lugar ocupa la ciencia en el trabajo de campo y en la redacción de sus libros?
En el tema de los pactos y de las señales es difícil, porque la ciencia no puede llevar a un laboratorio la presencia de una persona que está fallecida.
¿Es tan fácil como indica en sus libros contactar con Dios?
Contactar con ese mundo invisible que unos llaman Dios, divinidad y que yo llamo Padre azul, no es tan difícil, es plantear el pacto entre una persona que muere y esperar a ver si se cumple la señal. Pero, como es invisible, como no lo vemos, como no tenemos el alcance mental a admitir eso, tendemos a rechazarlo.
Usted ha comentado que de 100 señales, percibe solo una. ¿Cómo sabe cuando es una verdadera y cuándo no?
Cuando una señal se cumple y eres consciente de ello, es impresionante, porque te puede cambiar la perspectiva de la vida en 180 grados.
Hay algún relato que le impresionase especialmente.
Sí, el del guardia civil en Barajas. Este señor hace una especie de pacto con la divinidad y acuerda que si lo que yo cuento en mis libros es verdad que mañana 24 de febrero aparezca Juanjo Benítez en Barajas. Y en efecto pasó. El guardia casi se desmaya.
Usted habla de que la casualidad no existe, y ¿la causalidad?
La causalidad sí, por supuesto. En general, las personas no se detienen cuando sucede algo que parece una casualidad, pero que no lo es. Cuanto más simples son las señales, más importantes, porque te están diciendo algo.
¿Es supersticioso?
No, trae muy mala suerte.
Usted comenzó con el fenómeno ovni en los años 70 y 80, una época muy proclive a los avistamientos, ¿por qué había tantos en ese período?
No lo sé. Creo que en el fenómeno ovni se producen oleadas en el mundo que tampoco sabemos por qué. Ahora no hay tantos.
¿Hasta que punto cree que existen extraterrestres semejantes a nosotros que nos visitan?
Totalmente. He reunido tanta información en estos 45 años de investigación que no tengo la menor duda. Tengo preguntas sobre otras cuestiones, como qué es lo que quieren, por qué están aquí, por qué no se dan a conocer…
Y, ¿ha visto algún efecto paranormal?
He visto ovnis en varias ocasiones: en la autopista de Cádiz a Sevilla o en Perú.
¿Cree que el hombre se podrá transportar en el tiempo y en el espacio alguna vez?
Sí. Cuando se domine y se controle esa tecnología, sí.
Usted diferencia por un lado el fenómeno ovni y por otro la existencia de un ser superior.
Ya no estoy tan seguro si lo diferencio. Lo cierto es que tengo serias dudas si el fenómeno ovni esta implicado en el más allá, porque he investigado casos en los que la persona después de muerta y a la vista de los familiares se introduce en una nave y entra por un cañón de luz. Ya no se qué pensar. Estoy muy despistado.
Ha escrito 62 libros y numerosos artículos, ¿tiene pensado parar en algún momento?
Tengo pensado escribir uno más que Julio Verde y parece que voy camino de ello.
¿Habrá una nueva edición de Caballo de Troya?
Caballo de Troya se terminó, pero me quedan más de dos años de la vida publica de Jesús y lo publicaré en un nuevo libro.
¿Pactos y señales puede cambiar la vida de quién lo lea?
La persona que lo lea puede tener una perspectiva distinta en su vida dentro de su vida.
CREE EN JESÚS MÁS QUE EL PAPA
Benítez se declara apóstata y dice renegar de la Iglesia, sin embargo, afirma experimentar una conexión con el más allá y sentirse muy cercano a la figura de Jesús. Se trata de una relación cuasi divina. «Yo rezo a mi manera. Me levanto a las tres de la mañana y me voy a la nevera, me parto un poco de melón, que está delicioso y dulce, y le digo al Creador: ¡Qué maravilla!, ¿cómo se te ocurrió hacer uno? Esa es mi manera de orar», asevera, al tiempo que añade que su último trabajo «no es, para nada, un libro religioso, entre otras cosas porque soy apóstata», sentencia.
Sobre Cristo, se muestra fascinado por el «hombre-Dios, pero era una divinidad que no tenía ninguna intención de crear nada». Y añade: «Yo creo más que el Papa en Jesús. Traía unas intenciones muy interesantes, pero a los seres humanos nos gusta limitarlo todo y poder controlar».